Combinar tecnología, innovación y diseño en propuestas de conservación de alimentos, fue lo que pude conocer en el evento organizado por la empresa madrileña Fizpílar. La actividad se realizó en las instalaciones de la Escuela madrileña “Sueños de Cocina”, del chef Nacho Garbayo que contó con la participación de destacadas personalidades del mundo gastronómico español, como el sumiller Jesús Flores, el chef Jesús Almagro y blogueros de referencia gastronómica. Comienza el evento con unas palabras de bienvenida del presidente de Fizpílar, Miguel Sánchez Cabezudo, y nos explica la filosofía del producto que producen, recipientes ecológicos y con diseño destinados a la conservación de alimentos como frutas, verduras, pan, vino, etc. Estos envases favorecen además una maduración progresiva de los alimentos sin alterar sus características organolépticas reduciendo así la pérdida de alimentos por mal estado (podredumbre). Esto se logra gracias a los materiales empleados: cerámicas porosas y maderas tratadas que producen un microambiente dentro de cada envase al conservar la humedad de cada alimento guardado.
El ambiente fue increíble y con mucha expectación ya que los blogueros seríamos parte del show cooking liderado por Jesús Almagro, ¡fuimos los sub chef en esta gran cocina! Antes de comenzar a cocinar, Jesús nos enseña las materias primas a utilizar. Nos comenta que los tomates necesarios para la elaboración de la primera receta llevaban una semana en conservación dentro del envase modelo Lugano de Fizpílar, y la verdad es que al valorar sus características sensoriales eran fantásticas, textura firme, color rojo intenso, sin signos visibles de podredumbre por mohos, pedículo muy aromático, un fruto carnoso y sabroso, en otras palabras, teníamos un producto en óptima calidad.
Los recipientes vienen en diferentes tamaños, tonalidades y precios dependiendo de las necesidades de cada espacio y de cada cliente, no obstante, sus usos prácticos son múltiples no solo por los resultados en los alimentos, sino como ahorrador de energía, además de como elemento decorativo. Su web es https://www.recipientesceramicos.com/es Las recetas veraniegas elaboradas fueron tres, y sin lugar a dudas para todos, la primera digna de una final de cocina internacional: Gazpacho de cerezas con buey de mar y tomates, una preparación que duró alrededor de una hora y en la que participamos activamente los “sub chef” diciendo: “Oído Cocina!!” a las instrucciones de Jesús. Era una preparación fascinante, el color rojo dominante y protagonista, un plato seductor lleno de detalles que reflejan la profesionalidad, creatividad y arte culinario de Jesús Almagro.
Un detalle gastronómico de este gazpacho fue el pan de tomates, elaborado con masa madre, una masa muy elástica, de rojo intenso, con 12 horas en reposo. Jesús estiró la masa dejándola muy fina y la cortó en cubitos pequeños para hornearla a 180ºC por 5 a 7 minutos. Mientras fotografiábamos este gazpacho, fueron sirviendo una degustación de la receta a todos los asistentes y fue en ese momento cuando Jesús Flores, el sumiller, nos explicaba el maridaje seleccionado para cada plato. La bodega escogida es de origen canario, llamada Viñátigo, que elabora sus caldos con cepas autóctonas de las islas. Para el gazpacho, Flores combinó el blanco Marmajuelo, D.O. Ycoden Daute Isora cuya valoración de la cata fue :
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Color: Amarillo pajizo con notas verdosas.
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Nariz: Atractivo, fresco y potente. Destaca el carácter tropical, maracuyá, piña y almíbar de fruta.
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Boca: Entrada amable y glicérica, marcada acidez, final agradable y prolongado.
Como verán en las fotografías, el pan empleado para las degustaciones fue auspiciado por Quadra Panis, un pan con textura crujiente, de miga esponjosa y agujeros grandes, signos de una excelente y reposada fermentación; cuya terneza se potenció guardándolo en un recipiente Fizpílar Mosaico previamente calentado al horno.
El segundo plato, Almagro lo denominó “cremoso Fizpílar” de tomate pera, palo cortado, trufa de verano y almendra tierna. Destaco de esta elaboración la exquisita armonía de sabores y ese “misterio” de sabor aportado por el palo cortado, un vino de color caoba brillante, aroma avellanado, paladar seco, equilibrado, elegante y muy persistente. Conjuga las suaves, delicadas y punzantes características del Amontillado y el cuerpo y la nariz del Oloroso. Su graduación oscila entre los 17º y los 22º, por ello, sólo se emplea un chorrito. Los tomates pera para éste cremoso, así como la trufa de verana empleada, fueron conservados en un recipiente Fizpilar, modelo Tirol. El maridaje que Flores propuso fue algo más complejo que el anterior, llamado Vijariego blanco. D.O. Ycoden-Daute-Isora Viñatigo. La nota de la cata fue:
- Color: amarillo pajizo brillante.
- Nariz: Aroma fresco, fruta fresca, flores blancas, expresivo, mineral.
- Boca sabroso, frutoso, buena acidez, equilibrado.
El tercer plato era un canelón de aguacate con langostinos, yogur y aceite de oliva extra virgen, variedad picual maridado esta vez con un tinto muy ligero, el Viñatigo Vijariego Negro, que cerró con broche de oro la ronda de catas de los vinos que distribuye Mares del Barrio (www.maresvinos.com). La nota de cata fue:
- Color: rojo caoba. ·
- Nariz: Aroma fruta madura con notas amieladas y tropicales. ·
- Boca: sabrosa, carnosa, recuerdo dulce, buena acidez.
Hasta aquí, el taller de cocina es todo un éxito, con móviles y/o tablets estábamos conectados a nuestras redes sociales contando paso a paso esta actividad con el hashtag #fizpilarmadura. Al finalizar el taller, Fizpilar tuvo un gran detalle, nos regaló a cada uno de los asistentes un recipiente modelo Mosaico y un pendrive con las recetas del taller.
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Ponle salud y sabor a la vida!!