¡Hola Mundo!
En la presente situación de estado de alarma como consecuencia de la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2, me gustaría desarrollar algunas ideas referentes a la alimentación y sistema inmune.
Comenzaremos con una aclaración de conceptos. El virus causante de esta pandemia es el SARS-CoV-2, un agente muy contagioso y potencialmente virulento, responsable de la enfermedad conocida como Covid_19. Este nuevo betacoronavirus puede infectar las vías respiratorias superiores e inferiores y se puede transmitir por el contacto directo con las secreciones respiratorias (gotículas respiratorias >5 µm expulsadas con la tos o los estornudos) o con las mucosas (nariz, boca u ojos) de una persona infectada; parece poco probable la transmisión por el aire a distancias mayores de 1-2 metros. En la FIGURA 1 se representa una comparativa de diferentes agentes causales de enfermedades respiratorias virales.
Figura 1. Diferentes agentes causales de enfermedades respiratorias virales.
Cuando nos enfrentamos a este tipo de agentes virales, afortunadamente contamos con un sistema inmune el cual tiene sus propias armas de defensa como los son: las barreras físicas y bioquímicas, células inmunes especializadas y anticuerpos que se dirigen específicamente al patógeno. Además, el sistema inmunitario también tiene la capacidad de reparar los daños causados por éstos patógenos. Por tanto, cualquier agresión mediada por patógenos o daños de cuerpos extraños es abordada por nuestro sistema inmune. Las barreras físicas como la piel, el vello corporal y las membranas, mucosas contribuyen a evitar la entrada al cuerpo. Si se eluden, los mecanismos bioquímicos identifican rápidamente cualquier molécula «no propia» y destruyen y eliminan la amenaza a través de innumerables células inmunes (por ejemplo, leucocitos como neutrófilos, células asesinas naturales (NK) y macrófagos) y citocinas (involucradas en la célula señalización), luego repare cualquier daño.
Para un óptimo funcionamiento de este sistema, es necesario entre otros aspectos, cuidar la alimentación, ya que es un factor condicionante al igual que un buen estado nutricional. Los alimentos son los medios de transportes, mediante los cuales, los diferentes y esenciales nutrientes que necesitamos, son ingresados a nuestro organismo para su utilización. Algunos de los roles fisiológicos que realizan algunas vitaminas y elementos trazos relacionados con la funcionalidad del sistema inmune podemos mencionar a las vitaminas A, C, D, E, B6, B12, folatos, hierro, zinc, cobre, selenio y magnesio, que de manera conjunta, contribuyen con vitales funciones de inmunidad y de integridad de las barreras de entrada de microorganismos, como, por ejemplo:
Ahora bien, estas funciones inmunomoduladoras se deben considerar en un contexto de interacción con otros nutrientes que tienen el mismo nivel de relevancia, como son los macronutrientes. Por tanto, una alimentación variada y suficiente es una garantía de equilibrio nutricional.
En este sentido, cobra también importancia la mantención de un óptimo estado nutricional que es otra variable clave en la respuesta inmune.
El sistema inmune precisa de “nutrientes” para llevar a cabo su función de defensa, los cuales deben ser suministrados a través de la “ALIMENTACIÓN”, mediante el consumo de “ALIMENTOS” como indicación preferencial y NO por medio de suplementos multivitamínicos, prebióticos y probióticos.
En la actualidad1, se han publicado algunas recomendaciones específicas de suplementación con vitaminas y elementos traza, vitaminas C y D, zinc y omega3 (DHA+EPA) haciendo alusión a sus funciones sobre el sistema inmune. No obstante, me gustaría precisar algunas cuestiones sobre esta recomendación:
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Esta enfermedad representa un gran desafío en su abordaje médico por ser un agente viral nuevo dentro de la familia de los coronavirus. Por tanto, todo el conocimiento, impacto sobre la salud y evolución prácticamente se está construyendo día tras día.
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Estas recomendaciones no se especifica la duración del periodo de suplementación, solo se refiere a las cantidades/día. Esto, por ejemplo, se debe interpretar con cautela, en especial, si el mensaje llega a las embarazadas, por ejemplo, ya que son un grupo de riesgo si mantienen ingestas elevadas de vitamina liposolubles, especialmente la Vitamina A. Por otra parte, algunos elementos trazas por sus funciones antioxidantes, si la ingesta supera las CDR, podrían actuar como agentes pro-oxidantes, afectando a la respuesta inmune como así también aumentando el nivel de estrés oxidativo.
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Respecto a la recomendación de suplementación con Vitamina C, la Fundación Epistemonikos dice: “Después de realizar un exhaustivo escrutinio (revisión sistemática) de todos los estudios publicados sobre COVID19, SARS y MERS, nuestro equipo de trabajo no encontró pruebas (estudios) realizadas en humanos que evaluaran el impacto de la vitamina C en la prevención o el tratamiento de infecciones por coronavirus (SARS, MERS o COVID-19).
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Referente a la suplementación con Vitamina D8, tampoco se dispone de suficientes ensayos clínicos realizados en pacientes contagiados por este agente viral, la investigación y conocimiento de esta enfermedad está en curso. Por ello, tampoco es posible la recomendación con esta vitamina bajo el prisma de prevención o de recuperación por coronavirus.
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Por lo anterior, desde la primera notificación del brote hasta hoy, y tras una rigurosa búsqueda de evidencia científica, NO podemos recomendar la suplementación de ningún tipo de nutriente de manera específica dirigida a la ciudadanía que se encuentra en confinamiento. Ningún suplemento nutricional previene y/o contribuye a la recuperación del estado de salud dañado por el SARS-CoV-2
Respecto al consumo de prebióticos/probióticos:
No es posible avalar como argumento que su consumo refuerce el sistema inmune en pacientes contagiados por SARS-CoV-2. Actualmente no se dispone de evidencia científica que avale su administración como medida preventiva o terapéutica para la COVID-19
Referente a la seguridad alimentaria, la Autoridad Europea de Seguridad Sanitaria (EFSA)9 ha realizado un comunicado oficial en el cual informa que “no hay pruebas de que los alimentos sean una fuente o una vía de transmisión del virus SARS-CoV-2”
Las recomendaciones sobre alimentación tienen como propósito orientar al consumidor a cuidar su estado nutricional a través de una alimentación saludable, ya que los hábitos alimentarios se ven afectados por condiciones de estrés y angustia, y bajo estas circunstancias emocionales, se ha observado que existe una asociación con patrones dietéticos poco saludables y una mala calidad de la dieta.
Frente a esta situación de salud, las recomendaciones son:
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Mantener una alimentación balanceada y ordenada.
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Evitar los “picoteos irregulares” de alta densidad energética.
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Mantener un estilo de vida saludable, actividad física siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias según etapa de confinamiento/desescalada.
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Promoción de un estado de sueño saludable.
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Planificar previamente la lista de compra.
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Practicar “5 al día”, es decir, 2 piezas de frutas y 3 porciones de hortaliza al día
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Consumir aquellos alimentos que son fuente dietética de vitamina D, debido a una menor exposición a la luz solar a causa del confinamiento. Estos son: pescados como el arenque, bacalao, bonito, boquerón, caballa, congrio, dorada, salmón o sardina. Una porción de 100-120 gr cubrirán muy bien el requerimiento de vitamina D. También el consumo de huevo, de tamaño L cubre el 25% del requerimiento de esta vitamina.
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Consumir aceite de oliva virgen extra en cualquiera de sus varietales/blends que encontramos en el mercado como picual, hojiblanca, arbequina, manzanilla cacereña, changlot real, royal, matihuela, cornicabra, entre otras.
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Se puede consumir tanto alimentos frescos como alimentos congelados ya que no existe ninguna restricción sobre estos alimentos e incluso podemos utilizar alimentos en conserva.
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Reforzar el consumo de legumbres, en guisos, ensaladas, etc.
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Abstención de difusión de información errónea relacionada con la nutrición, la ingesta dietética y la COVID-19.
No olvidéis,
Poner sabor y salud a la vida.
Referencias:
1. Philip C. Calder, Anitra C. Carr, Adrian F. Gombart and Manfred Eggersdorfer. Optimal Nutritional Status for a Well-Functioning Immune System Is an Important Factor to Protect against Viral Infections. Nutrients 2020, 12, 1181. doi:10.3390/nu12041181.
2. Adrian F. Gombart, Adeline Pierre and Silvia Maggini. A Review of Micronutrients and the Immune System–Working in Harmony to Reduce the Risk of Infection. Nutrients 2020, 12, 236; doi:10.3390/nu12010236.
3. Farah Naja, Rena Hamadeh. Nutrition amid the COVID-19 pandemic: a multi-level framework for action. European Journal of Clinical Nutrition. 2020 Apr 20. https://doi.org/10.1038/s41430-020-0634-3
4. Barazzoni R, Bischoff SC, Breda J, Wickramasinghe K, Krznaric Z, Nitzan D, Pirlich M, Singer P; endorsed by the ESPEN Council. ESPEN expert statements and practical guidance for nutritional management of individuals with SARS-CoV-2 infection. Clin Nutr. 2020 Mar 31. pii: S0261-5614(20)30140-0. doi: 10.1016/j.clnu.2020.03.022.
5. National Heart, Lung, and Blood Institute. Sueño Saludable. https://www.nhlbi.nih.gov/files/docs/public/sleep/Healthy_Sleep_At-A-Glance_SPANISH_Final.pdf
6. Epistemonikos Fundation. ¿Sirve la vitamina C para prevenir el contagio o tratar a personas con COVID-19? https://es.epistemonikos.cl/2020/03/27/sirve-la-vitamina-c-para-prevenir-el-contagio-o-tratar-a-personas-con-covid-19/
7. European Food Safety Authority (EFSA). http://www.efsa.europa.eu/es/news/coronavirus-no-evidence-food-source-or-transmission-route
8. Grant, W.B.; Lahore, H.; McDonnell, S.L.; Baggerly, C.A.; French, C.B.; Aliano, J.L.; Bhattoa, H.P. Evidence that Vitamin D Supplementation Could Reduce Risk of Influenza and COVID-19 Infections and Deaths. Nutrients 2020, 12, 988.
9. EFSA. https://www.efsa.europa.eu/es/news/coronavirus-no-evidence-food-source-or-transmission-route
Referencias de imágenes: