Mundo.. ¡Hola a todos!
Con estos horarios que llevamos, el sin número de obligaciones que pequeños y grandes tenemos, resulta muy difícil, a veces imposible, cuadrar la agenda para que toda la familia se reúna al menos una vez al día alrededor de la mesa del office o del comedor para disfrutar de la familia y de una comida equilibrada y planeada. Es verdad, pero también es cierto que, como ya se ha dicho, el comer en familia es fundamental para el desarrollo físico, emocional y social de los hijos y el bienestar y la calidad de vida de los padres. Por eso vale la pena el esfuerzo, es necesario considerar como una prioridad el mantener o volver a hacer de las comidas en familia una rutina gratificante y saludable, también desde el punto de vista nutricional. Mi Estimada Dra. Beatriz Beltrán de Miguel ha tenido la atención de compartir algunas de las pautas y consejos más frecuentes que dirigidas a los padres, pueden ayudarles a tener comidas familiares con más frecuencia y que éstas sean más saludables desde el punto de vista de la calidad de la alimentación y el fomento de unos buenos hábitos alimentarios en ese entorno.
Frecuencia, duración y lugar de las comidas en familia.
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Considerar una gran prioridad sentarse a comer en familia y actuar en consecuencia a la hora de planear la agenda familiar (actividades extraescolares, planes de ocio…)
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Establecer una hora “flexiblemente” fija que todos los miembros respeten para reunirse a desayunar/comer/cenar juntos
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Intentar comer toda la familia junta al menos una vez al día, normalmente en el mismo espacio del hogar (la cocina, el comedor). No tiene por qué ser al final del día. El desayuno, por ejemplo, es también un momento estupendo para compartir un rato juntos alrededor de la mesa
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Si no hay costumbre de comer en familia empezar poco a poco estableciendo la costumbre dos o tres veces por semana
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Disponer de tiempo suficiente; 15‐20 minutos a diario es suficiente, mucho más no; los más pequeños se cansarían. Y no sólo es importante la cantidad de tiempo dedicado sino la calidad
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En el fin de semana podemos alargar y planear menús algo más laboriosos que gusten; lo importante es disfrutar de la familia y por supuesto de la comida; no olvidemos que la alimentación no sólo es una necesidad sino un placer
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Comer “sentados” y charlar. Esto permite disfrutar de la comida, saborearla y masticarla bien.
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Si se sale a comer fuera con los niños de forma habitual, hay que elegir bien los establecimientos a los que se acude que permitan elegir un menú saludable. Aprovechar esos momentos para educar a los niños en unos buenos hábitos alimentarios fuera del hogar
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Romper barreras, por ejemplo con la exigencia de programas de trabajo que permitan comer juntos algún tiempo durante la semana
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Tratar de comer juntos alguna vez en horarios y sitios no convencionales (excursiones, meriendas improvisadas en el parque,…)
Gracias Beatriz por compartir tu experiencia, conocimiento y motivación con mis lectores.
No olvidéis,
Poner Sabor y salud a la Vida